Sobre nosotros
¿Quién soy?
Mi nombre es Sandra y soy un ser humano como tu, con virtudes y defectos, con vivencias que marcaron mi vida.
Mi niñez estuvo llena de ansiedad, miedo, violencia. Fui una niña criada desde el autoritarismo, mi madre por su miedo de que “me echara a perder” y sin tener las herramientas para educarme de otro modo (teniendo una historia de vida dolorosa) usaba amenazas, golpes, regaños, etc. para que fuera una niña “obediente”. Lo cual, solo me llenó de ansiedad, miedo, enojo y generó en mis habilidades como mentir, saber esconder cosas, manipular para salirme con la mia, etc.
Mi padre por su parte, fue un típico proveedor económico, físicamente presente, ausente en todo lo demás, echando la carga de todo a ella y además violentando de modo agresivo pasivo, económicamente, etc. Esta ausencia de mi padre, hoy como madre, me hace entender que mucha de la locura de mi madre fue a causa de la falta de redes de apoyo, sobre cansancio, una niñez traumática y una pobre salud mental.
Gracias a esto y otros detalles en mi contexto, me convertí en la niña que se comporta como una adulta, la que todos dicen que es “madura para su edad” la morra de los plumones, con altas exigencias, la que no se puede equivocar, la que no pide ayuda porque no tuvo en quien confiar, llena de soledad, miedos, inseguridad, siempre queriendo ser gris por temor a ser juzgada, castigada, señalada como lo hicieron siempre esas personas que se supone me darian amor incondicional.
Después como madre, experimenté los retos que conlleva la maternidad, su oscuridad, su luz, entendí a mi madre y la odié intensamente también, porque sin querer y sin saber yo aprendí e internalice su modelo de ser mamá y no me gustó, porque me recuerdo llorando en un rincón (después de ser golpeada por ella) queriendo que mi vida se acabara (a los 7 años) dejando que el llanto me cansara para quedarme dormida y no sentir ese dolor, recuerdo esa sensación de soledad, donde un abrazo hubiera hecho la diferencia. El haberme visto replicar eso en mis hijas, aunque fuera en mucho menor medida, me ha hecho crecer y buscar vías para trascender y darme a mí y a mis hijas, ese consuelo, ese ánimo, ese amor, que yo no tuve.
Hoy te brindo este espacio a ti, para ayudarte a sanar tus heridas, para ayudarte a encontrar quien eres detrás de todas esas exigencias y vivencias que marcaron tu vida, acompañándote en tu camino hacia la plenitud, juntos sanando desde la raíz.
Gracias por leerme.